10. Los Gurús Marginados: La Sociedad que Silencia a los Portadores de Luz

Autor: alberto@yogaisnotasana.com

Gurús marginados

El mundo se ha vuelto ciego. En su desesperación por controlar todo, ha rechazado lo único que podría salvarlo: la verdad. Los sabios, los santos, los verdaderos gurús, aquellos que cargan con el peso de lo sagrado, han sido expulsados al margen de una sociedad que no solo los ignora, sino que se burla de ellos. Se les persigue, se les silencia, y si insisten en hablar, se les encierra.

Esto no es un error del sistema. Una sociedad construida sobre la desconexión no puede tolerar lo sagrado. No puede aceptar a quienes portan la luz, porque la luz expone todo lo que está podrido.

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La Burla de lo Sagrado

El mundo no solo rechaza a los gurús; los ridiculiza. Los trata como objetos de burla, como si su existencia fuera un anacronismo en una era que se jacta de su progreso. Pero este rechazo no es fortuito. Es un reflejo del miedo profundo que sienten aquellos atrapados en un sistema de sombras. Porque reconocer a un verdadero gurú significaría enfrentar la fragilidad de todo lo que hemos construido.

La risa que lanzamos hacia ellos no es risa; es miedo disfrazado. Es el miedo de quienes saben, en el fondo, que han perdido el contacto con lo esencial. Que han traicionado lo que realmente importa. Y así, en lugar de escuchar, preferimos destruir.

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El Internamiento de lo Divino

Cuando lo sagrado insiste, el sistema responde con violencia. A quienes no pueden ser silenciados, se les encierra. A quienes se atreven a mostrar un camino diferente, se les etiqueta como locos. Porque la sociedad no sabe cómo lidiar con lo que no puede controlar. Prefiere exterminarlo antes que enfrentarse a la posibilidad de estar equivocada.

Este no es solo un ataque contra individuos. Es un ataque contra lo que nos queda de humanidad. Cada vez que un gurú es marginado, el mundo pierde algo irrecuperable. Y sin embargo, seguimos avanzando, ciegos, hacia un destino que ya no podemos evitar.

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Un Mundo Perdido en las Sombras

Este no es un mundo que necesita ser salvado; es un mundo que se ha perdido a sí mismo. Ha creado un sistema donde el ruido ahoga al silencio, donde las mentiras son más cómodas que la verdad, y donde lo eterno ha sido sustituido por lo superficial. Pero incluso en medio de este colapso, lo sagrado sigue ahí, esperando. No porque el mundo lo merezca, sino porque siempre ha estado ahí.

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La Realidad que No Queremos Ver

La realidad es esta: los verdaderos gurús no son aceptados, son marginados. No se les reconoce, se les ridiculiza. Y no se les permite guiar, porque el mundo no quiere ser guiado. La verdad que ellos portan no es algo que pueda ser empaquetado ni vendido. Es cruda, incómoda, incontrolable. Y por eso, la sociedad la rechaza.

Pero este rechazo tiene un precio. Y ese precio no es solo la pérdida de los sabios, sino la pérdida de nuestra propia alma. Nos hemos desconectado tanto de lo sagrado que ya ni siquiera lo reconocemos cuando está frente a nosotros. Y mientras seguimos fingiendo que podemos vivir sin él, el vacío dentro de nosotros se hace cada vez más grande.

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Sin Esperanza Falsa

No hay mensaje de esperanza aquí. No hay un "todo puede cambiar" ni un "si hacemos esto, podemos salvarnos". La verdad es más simple y más dura: sin los gurús, sin lo sagrado, no hay futuro. La transformación no es una opción; es una necesidad. Pero el mundo, tal como está ahora, no está preparado para aceptarla.

Los sabios y santos seguirán viniendo, porque esa es su naturaleza. Pero mientras sigamos riéndonos de ellos, mientras sigamos marginándolos, el abismo en el que estamos no hará más que profundizarse. La luz no puede ser extinguida, pero tampoco puede iluminar a quienes insisten en cerrar los ojos.

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Conclusión: Una Advertencia, No un Llamado

Este no es un llamado a la acción. Es una advertencia. El mundo está donde está porque ha elegido estar aquí. Ha elegido rechazar lo sagrado, silenciar a los sabios y vivir en las sombras. Y hasta que esa elección cambie, no hay esperanza de redención.

No es cuestión de que los gurús sean aceptados. Es cuestión de que el mundo decida si está dispuesto a enfrentar la verdad. Porque, mientras siga rechazándola, solo continuará hundiéndose en su propia oscuridad.

El mundo se ha vuelto ciego. En su desesperación por controlar todo, ha rechazado lo único que podría salvarlo: la verdad. Los sabios, los santos, los verdaderos gurús, aquellos que cargan con el peso de lo sagrado, han sido expulsados al margen de una sociedad que no solo los ignora, sino que se burla de ellos. Se les persigue, se les silencia, y si insisten en hablar, se les encierra.

Esto no es un error del sistema. Una sociedad construida sobre la desconexión no puede tolerar lo sagrado. No puede aceptar a quienes portan la luz, porque la luz expone todo lo que está podrido.

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La Burla de lo Sagrado

El mundo no solo rechaza a los gurús; los ridiculiza. Los trata como objetos de burla, como si su existencia fuera un anacronismo en una era que se jacta de su progreso. Pero este rechazo no es fortuito. Es un reflejo del miedo profundo que sienten aquellos atrapados en un sistema de sombras. Porque reconocer a un verdadero gurú significaría enfrentar la fragilidad de todo lo que hemos construido.

La risa que lanzamos hacia ellos no es risa; es miedo disfrazado. Es el miedo de quienes saben, en el fondo, que han perdido el contacto con lo esencial. Que han traicionado lo que realmente importa. Y así, en lugar de escuchar, preferimos destruir.

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El Internamiento de lo Divino

Cuando lo sagrado insiste, el sistema responde con violencia. A quienes no pueden ser silenciados, se les encierra. A quienes se atreven a mostrar un camino diferente, se les etiqueta como locos. Porque la sociedad no sabe cómo lidiar con lo que no puede controlar. Prefiere exterminarlo antes que enfrentarse a la posibilidad de estar equivocada.

Este no es solo un ataque contra individuos. Es un ataque contra lo que nos queda de humanidad. Cada vez que un gurú es marginado, el mundo pierde algo irrecuperable. Y sin embargo, seguimos avanzando, ciegos, hacia un destino que ya no podemos evitar.

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Un Mundo Perdido en las Sombras

Este no es un mundo que necesita ser salvado; es un mundo que se ha perdido a sí mismo. Ha creado un sistema donde el ruido ahoga al silencio, donde las mentiras son más cómodas que la verdad, y donde lo eterno ha sido sustituido por lo superficial. Pero incluso en medio de este colapso, lo sagrado sigue ahí, esperando. No porque el mundo lo merezca, sino porque siempre ha estado ahí.

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La Realidad que No Queremos Ver

La realidad es esta: los verdaderos gurús no son aceptados, son marginados. No se les reconoce, se les ridiculiza. Y no se les permite guiar, porque el mundo no quiere ser guiado. La verdad que ellos portan no es algo que pueda ser empaquetado ni vendido. Es cruda, incómoda, incontrolable. Y por eso, la sociedad la rechaza.

Pero este rechazo tiene un precio. Y ese precio no es solo la pérdida de los sabios, sino la pérdida de nuestra propia alma. Nos hemos desconectado tanto de lo sagrado que ya ni siquiera lo reconocemos cuando está frente a nosotros. Y mientras seguimos fingiendo que podemos vivir sin él, el vacío dentro de nosotros se hace cada vez más grande.

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Sin Esperanza Falsa

No hay mensaje de esperanza aquí. No hay un "todo puede cambiar" ni un "si hacemos esto, podemos salvarnos". La verdad es más simple y más dura: sin los gurús, sin lo sagrado, no hay futuro. La transformación no es una opción; es una necesidad. Pero el mundo, tal como está ahora, no está preparado para aceptarla.

Los sabios y santos seguirán viniendo, porque esa es su naturaleza. Pero mientras sigamos riéndonos de ellos, mientras sigamos marginándolos, el abismo en el que estamos no hará más que profundizarse. La luz no puede ser extinguida, pero tampoco puede iluminar a quienes insisten en cerrar los ojos.

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Conclusión: Una Advertencia, No un Llamado

Este no es un llamado a la acción. Es una advertencia. El mundo está donde está porque ha elegido estar aquí. Ha elegido rechazar lo sagrado, silenciar a los sabios y vivir en las sombras. Y hasta que esa elección cambie, no hay esperanza de redención.

No es cuestión de que los gurús sean aceptados. Es cuestión de que el mundo decida si está dispuesto a enfrentar la verdad. Porque, mientras siga rechazándola, solo continuará hundiéndose en su propia oscuridad.