12. Krishna y Shiva: Dos Caminos, Dos Llamados, Un Mundo Que los Persigue

Autor: alberto@yogaisnotasana.com

Shiva y Krishna

Vivimos en una era de ruido, donde lo superficial domina y lo sagrado es temido. Krishna y Shiva, dos caminos de transformación profunda, son más necesarios que nunca. Sin embargo, el mundo los rechaza, no porque no sean relevantes, sino porque exigen un nivel de sinceridad que la sociedad moderna ha olvidado. Peor aún, aquellos que caminan por estos senderos no solo son ignorados: son perseguidos.

El camino de Krishna es un regalo para todos. Es el camino de la devoción, del amor que une, del ego que se rinde. Por otro lado, el camino de Shiva es el del renunciante, el que vive al margen de todo, enfrentándose a la verdad sin filtros. Ambos son esenciales, pero el mundo no los quiere. Y en este rechazo, estamos destruyendo la única esperanza que nos queda.

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El Camino de Krishna: Devoción en un Mundo Desalmado

Krishna pide una cosa: rendición. No una rendición al sistema, sino al amor más puro, al espíritu que conecta a todos los seres humanos. Es un camino de esperanza, accesible para cualquiera dispuesto a soltar el ego y abrir el corazón. Sin embargo, en un mundo donde el amor verdadero es visto como debilidad y la devoción es ridiculizada, incluso este regalo se convierte en un desafío.

Krishna carga con el karma de la humanidad. Representa la inercia de nuestras acciones, la acumulación de todo lo que somos y hemos sido. Y, aun así, ofrece redención. Pero rendirse a Krishna requiere un acto de valentía que pocos están dispuestos a realizar. Porque significa admitir que no podemos salvarnos solos. Significa aceptar que necesitamos algo más grande que nosotros mismos.

Sin embargo, la sociedad moderna no está interesada en redención ni en amor. Está interesada en el poder, el control y la validación externa. Por eso, Krishna, el símbolo de la unidad y la devoción, es ignorado o trivializado. Porque su mensaje, tan simple y transformador, es una amenaza para un mundo construido sobre mentiras.

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El Camino de Shiva: Perseguir lo Verdadero, Ser Perseguido

El camino de Shiva no es para todos. Es el camino de la renuncia total, del desapego absoluto, del enfrentamiento directo con la verdad. Es el camino del juez universal, del destructor que ve todo desde el origen de los tiempos y actúa con la pureza del sacrificio. Shiva no destruye porque quiere; destruye porque debe. Porque lo falso no puede sostenerse en su presencia.

Los yogis que caminan este sendero son los guardianes del equilibrio. No buscan reconocimiento ni gloria; buscan la verdad. Pero en un mundo como este, la verdad es lo más peligroso. Por eso, los yogis son perseguidos, marginados, ridiculizados. Incluso internados, como si su búsqueda de lo divino fuera una enfermedad.

Occidente no sabe qué hacer con lo sagrado. Aquí, los que buscan la verdad no son venerados; son apartados. Aquí, un hombre que camina en silencio, buscando lo eterno, es visto como un loco. Aquí, incluso después de alcanzar moksha, puedes ser encerrado y obligado a vivir en una oficina, como si la iluminación fuera un error que necesita ser corregido.

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La Mirada de Shiva y el Amor de Krishna

Shiva y Krishna no son opuestos; son un equilibrio cósmico. Shiva, como Om, lo ve todo. Es el juez supremo, la conciencia universal que no se engaña con nuestras mentiras. Cada río contaminado, cada animal masacrado, cada alma perdida es una herida que él lleva en su ser. Shiva no actúa por castigo; actúa porque el desequilibrio exige ser restaurado.

Pero Shiva no destruye sin mirar primero a Krishna. Porque Krishna es la esperanza, el puente hacia la redención. Mientras Shiva observa el karma colectivo y sus consecuencias, Krishna ofrece un camino para liberarlo. Sin embargo, ese camino requiere devoción, y la humanidad, en su arrogancia, no está dispuesta a rendirse.

El mundo está en un punto crítico. Shiva lo sabe, y su tambor puede escucharse con su sonido atronador al fondo de todas nuestras consciencias. Pero incluso él, el destructor, espera. Porque Krishna, con su amor infinito, aún puede transformar lo que parece perdido. Todo depende de si nosotros, como humanidad, estamos dispuestos a abrir nuestros corazones.

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La Sociedad que Persigue lo Sagrado

¿Por qué la sociedad teme tanto a Krishna y Shiva? Porque representan todo lo que hemos olvidado: el amor puro y la verdad absoluta. Porque su existencia nos confronta con nuestras propias mentiras. Porque respetarlos significa aceptar que no somos el centro del universo, que necesitamos ayuda, que no podemos seguir viviendo como vivimos.

Pero en lugar de aceptar este regalo, los marginamos. Internamos a los sabios, ridiculizamos a los renunciantes, trivializamos la devoción. Hemos creado un mundo donde lo sagrado no tiene cabida, donde el yoga es un ejercicio de gimnasio y la devoción es una palabra vacía.

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Conclusión: El Regalo que Rechazamos

El mundo necesita a Krishna. Necesita su amor, su compasión, su capacidad de cargar con nuestro karma colectivo y transformarlo. Pero también necesita a Shiva, el juez supremo, el destructor que actúa cuando todo lo demás falla. Porque sin Shiva, no hay equilibrio, y sin Krishna, no hay redención.

Sin embargo, en lugar de honrar estos caminos, los perseguimos. Los yogis son tratados como amenazas, los sabios son marginados, y los que buscan la devoción son ridiculizados. Nos hemos desconectado tanto de lo sagrado que incluso quienes alcanzan moksha son encerrados, como si la iluminación fuera una locura que necesita ser controlada.

El tambor de Shiva resuena en la distancia. Las llamas están encendidas. Pero también está el amor de Krishna, esperando, ofreciendo un camino diferente. La pregunta no es si ellos están listos para actuar; la pregunta es si nosotros estamos listos para rendirnos.

Porque si seguimos rechazando lo sagrado, no habrá esperanza. Pero si abrimos nuestros corazones, si escuchamos el llamado de Krishna y aprendemos a respetar a los sabios y renunciantes que caminan entre nosotros, todavía hay tiempo. Todavía hay amor. Todavía hay redención.

Hare Krishna, Hare Rama

Om Shiva Gorak

Jay Mahakali Jay